Este día será el que verdaderamente experimentará la espectacularidad de Gran Canaria. Cuando voy a la cumbre desde el sur de la isla, creo que estoy en algún escenario de las películas del oeste americano. Cierto, el sur de la isla, es tan seco, tan abrupto, tan ocre y con acantilados impresionantes que me recuerdan al Cañón del Colorado en miniatura. Hoy tienes la oportunidad de experimentar el impresionante paisaje que Gran Canaria tiene para ofrecer. La historia de los olivos en el sudeste data del siglo XVI, pero la producción de aceite de oliva se perdió debido a la dificultad de tener que transportar la maquinaria pesada de los molinos de piedra rudimentarios de la época.

Siglos más tarde, las nuevas tecnologías llegaron a las costas y se decidió promover nuevamente el aceite de oliva virgen extra junto con las aceitunas marinadas con mojo. Las tierras que se conocerán en esta ruta tienen alrededor de 300 olivos, la mayoría de ellos centenarios. Llegamos allí a través de la espléndida Villa de Agüimes con su iglesia restaurada que podemos contemplar desde la carretera. Una vez en el Barranco de Guayadeque podemos ver que es un lugar fértil, con una hermosa vegetación y uno de los lugares históricamente más importantes de la cultura guanche. Un lugar de fábula, donde reina la armonía del paisaje y donde quiera que mire encontrará un olivo con sus hojas verdes bicolores. Aquí encontrará olivos de variedades como Picudo, Picual, Manzanilla, Hojiblanca y Verdial.

La plantación de nuevos tipos de aceitunas, han permitido obtener mayor calidad del aceite y aumentar la variedad de las aceitunas a granel. Podemos asegurarle que la parte culinaria está más que garantizada. Cuidadosamente guardamos algunos de los ingredientes secretos que hemos reservado para deleitar el paladar de nuestros viajeros más exigentes. Un tipo diferente de día donde conocer un mundo inesperado de fragancias y sabores, en medio de un ambiente exótico.

Todas las rutas incluyen senderismo, degustación, picknick, transporte, seguro y guía.

Al comienzo del Barranco de Guayadeque, en el rango más alto, está presente la Caldera de Los Marteles, cuya base se utiliza para la agricultura. El material duro que conforma la pendiente, compuesto esencialmente de materiales duros de aglomeración volcánica, se asienta sobre las formaciones de lava del circo Roque Nublo del ciclo reciente, que se refleja en las grandes escarpas, macizos y las impresionantes rocas.

Además de estas peculiares geoformas, laderas y barrancos, de forma semicircular, se muestra el poder del agua, que desciende progresivamente desde las empinadas paredes de la caldera hacia las mediaciones de esta gran cuenca. De origen volcánico, debe su aspecto espectacular a la explosividad de los materiales que lo conformaron: agua y magma. Las laderas llenas de terrazas conforman un paisaje de alto valor etnográfico. Entre las aves más singulares de esta área se encuentra el pizón azul (fringilla polatzeki).

Es importante destacar la amplia variedad florística de Guayadeque, especies como el género Micronesia, a las que se les enumera en el libro del resto de especies en peligro de extinción; es por eso que uno de los enclaves más importantes de la isla, donde sobrevive el bosque termófilo, es el Barranco de los Cernícalos. Hay una gran presencia de bioindicadores naturales en este suelo de vegetación, espacio catalogado como reserva natural especial.

Elija la que mejor se adapte a Usted