Respetar la tradición

07.08.2024
El mayor error que puede cometer una marca si quiere mantener su categoría de lujo es no respetar su artesanía, historia y tradición: tiene que haber un 'know how' especial que aporte suficiente valor añadido y significado al público objetivo.


El escrupuloso respeto a la tradición es la mejor estrategia de diferenciación y supervivencia. Y por ello, toda la comunidad que forma Trail Travel continúa fiel a su origen: sin ofrecer modelos digitales ni aplicar nuevas tecnologías. La elaboración local se ha convertido en una particularidad, prácticamente innegociable, de los bienes de lujo que ayuda a justificar el elevado precio que se pide por la actividad y el tour.

Tradicionalmente, los consumidores de este tipo de servicios privados conocían el precio final del producto, pero no tenían información acerca de los costes que se escondían tras él: al haber una historia, una artesanía, el producto adquiere un valor totalmente exclusivo.


Sin embargo, muchas empresas ―ante la imperiosa necesidad de reducir costes fijos que alivien sus cuentas― están cometiendo el error, importado del Gran Consumo, de externalizar la producción en lugar de continuar con su proceso de fabricación original. ¿Cómo puede pretenderse cobrar precios elevados por productos fabricados de forma masiva?

Reducir costes es fundamental; pero la gestión del lujo no puede permitir la deslocalización de las fábricas. Estas empresas deben controlar toda la cadena de valor, desde la elaboración hasta la distribución. Cuando alguien compra un producto de lujo está comprando parte de una cultura determinada: tener estas raíces locales incrementa la percepción de valor y ayuda a mantener, en los clientes tradicionales, el significado y la identificación con la marca.

El valor y la mística evocada se forja gracias a la excelencia en la elaboración. No externalizar las fábricas supone una cuestión de creatividad tanto como de producción: cuando dejas de tener un centro de fabricación cerca de ti, la creatividad cae en picado porque pierdes el contacto con la materia prima, la elaboración y la magia del producto.

En caso de que haya algún aumento adicional en los costes, se debe encontrar la forma de transmitirlo al cliente final, pero no se puede tratar de compensarlo reduciendo la inversión en aquellos puntos críticos de la cadena de valor. Significaría un suicidio a medio plazo en lo que a imagen de marca se refiere.