La gratitud plena
Vivir la gratitud plena en la vida diaria, no se reduce simplemente a un acto ingenuo de dar las gracias continuamente a todos de manera que recuerde mas bien a unos exagerados modales de educación que de un sentimiento profundo de gratitud. Sentir gratitud, es más una actitud, que modifica la antigua actitud de evitar, rechazar, protestar, tapar y/o huir de la realidad y de todas las situaciones que se nos presenten.
Cuando somos capaces de sentir y compartir gratitud por la realidad y por todas las situaciones que se nos presenten, entonces cambia totalmente como me siento. ¿Porqué tengo que agradecer todas las cosas negativas que me ocurren en la vida? Pues porque se producen para enseñarme alguna cosa que tengo que aprender y que como no he querido ver de manera normal , por tanto la vida me lo presenta en forma de problema.
Es importante observar como la vida me enseña, me recuerda y muestra en que dirección y hacia donde tengo que cambiar la dirección de mi vida. Es por ello, que confío plenamente en la realidad, pues la vida es mi aliada y no mi enemiga y por ello estoy a favor de la vida. Agradezco a la vida que me "Enseñe" y me "Recuerde" todo lo que necesito para cambiar y de esta manera ser feliz, pues todo lo que trae la vida es un regalo que contiene siempre una enseñanza o un mensaje de que necesito aprender. En mi experiencia personal, el regalo más importante en forma de enseñanza que he recibido en la vida es : ""Que no puede cerrar los ojos a mi propio malestar" y que cada vez que he tapado ese malestar y he huido del mismo, al final lo he pagado con más dolor y con más sufrimiento.
Es por ello, que mi propio malestar se convierte en un magnifico regalo de la vida que me indica, me enseña y me recuerda que algo tengo que hacer para cambiar. El cambio puede parecer en ocasiones trágico y/o traumático , pero gracias a las situaciones problemáticas puedo provocar ese cambio en mi vida y sentir nuevas experiencias. Este proceso, se realiza a través de la famosa triada del pensamiento, la emoción y la conducta. Es decir ,todo lo que manifestamos en nuestras vidas, comienza necesariamente con la intención en forma de pensamiento, luego sintiendo la emoción relacionada con dicha intención y posteriormente con la conducta correspondiente.
Lo que manifestamos con la acción comienza siempre con la intención, por lo que cultivar la gratitud a través de la intención y la acción (en este caso conducta), se parece más a desarrollar un "músculo" , en este caso el músculo de la gratitud. Y no hay mejor manera para desarrollar la gratitud plena que a través de la meditación, lo que puede llegar a ser especialmente gratificante.¿Cómo se pueden combinar ambos aspectos?
El inicio de la meditación mediante el establecimiento de una intención de gratitud, se realiza mediante el uso de auto-afirmaciones del estilo a "Me siento plenamente agradecido por ..." o "Estoy agradecido a ...", siendo estas mismas afirmaciones una buena manera de comenzar. Asegúrate de que puedes visualizar la intención claramente en tu mente y de que genera una emoción positiva de gratitud en tu interior. Si no es así, vuelve a visualizar la intención, utilizando en la medida de lo posible la imaginación, hasta que se convierta en una intención clara que resuena en tu interior. Luego realiza unas cuantas respiraciones para poder centrarte en las cosas, personas o situaciones de las que estás plenamente agradecido. Por tanto, la formula de la auto-afirmación para poder agradecer cualquier situación desagradable o incómoda que se produzca, sea la que sea, es la siguiente: “ME SIENTO PLENAMENTE AGRADECIDO A/ DE______PORQUE _____________".
El Compromiso con los valores
Además de las auto-afirmaciones, se encuentran los valores fundamentales de cada persona y el compromiso personal que cada cual establece con los mismos. Existen numerosos tipos de valores. Lo mas importante es ver como los valores representan una dirección en la vida y el compromiso con los valores,implica un compromiso en la dirección de vida, como si se tratara de seguir un rumbo determinado y no tanto una meta a alcanzar.