Imagen e identidad corporativa

05.06.2023

Ambos conceptos están muy próximos y muchas veces se emplean como sinónimos. Se refieren a la imagen que proyecta una organización y están en íntima relación con la cultura empresarial de la que derivan. Son la <<carta de presentación>> de la empresa mediante la cual informa a la sociedad sobre quién es, qué hace y cómo lo hace.

Utilicemos un símil (nuestro DNI) para explicar las pequeñas diferencias: la fotografía personal es el equivalente a la imagen corporativa, mientras que el documento en su conjunto se corresponde con la identidad corporativa, que es una suma de la imagen y los aspectos de la personalidad corporativa o forma de ser empresarial.

La imagen corporativa se crea de manera consciente y voluntaria por medio del diseño gráfico de una serie de signos externos como son:

- El logotipo.

- Los carteles y rótulos.

- El papel de cartas y otros documentos.

- Los folletos y catálogos.

- La publicidad.

- Los envases y embalajes.

- La decoración de los espacios e instalaciones.

- Los escaparates, si los hay.

- La rotulación de los vehículos.

- Los uniformes del personal, en su caso, etc.

Estos elementos son necesarios para el funcionamiento de la empresa, pero además se pueden diseñar de manera que contengan ciertos códigos que los conviertan en agentes transmisores de un mensaje o una identidad, la identidad corporativa, que se construye añadiendo a la imagen corporativa otros elementos menos tangibles, como: actitud, compromiso, postura ética, responsabilidad social, etc., que la organización transmite con sus actuaciones.

El logotipo es uno de los principales componentes de la imagen corporativa; cuando es suficientemente conocido (y reconocido socialmente), se dice que se ha posicionado en la mente de los agentes sociales. Así, cada vez que aparece el logotipo evoca a la empresa y su identidad corporativa.