Como colaborar en la reconstrucción de las redes y el tejido social
Solicitando más espacios de participación para influir en la dinámica de la acción, en sus objetivos, en su evaluación, etc.
Aprovechando el conjunto directo con las personas participantes de los programas para reflexionar sobre lo que aprendemos y aportamos a la organización. Por ejemplo, iniciamos el trabajo con personas mayores atendiendo sus necesidades, pero observamos que era tan importante, apoyar las necesidades de las personas que les cuidan, dotarles de espacios de descanso, etc.
Defendiéndonos del estrés teniendo en cuenta las personas que trabajamos en contacto con el sufrimiento humano somos más propensas al burnout o al desgaste de empatía. La defensa está en la supervisión grupal, para aliviar la carga emocional, el humor y la formación, que permite indentificar el estrés y adoptar estrategias preventivas. Compartiendo experiencias con compañeros y compañeras, formándonos, solicitando apoyo de los supervisores, no acometiendo tareas para las que no nos sentimos fuertes o preparados.
Conducta asertiva
Las habilidades sociales y actitudes positivas pueden aprenderse con entrenamiento. Una primera forma puede ser indentificar y caracterizar correctamente la conducta adecuada distinguiéndola de otras que podamos emplear habitualmente en las relaciones y que no son adecuadas.
- Conducta Insegura. Se caracteriza por no defender los propios derechos al no expresar correctamente las opiniones.
- Conducta Agresiva. Se caracteriza por la expresión de los derechos u opiniones sin respetar los del otro.
- Conducta Asertiva. Aquella que permite a una persona actuar en base a sus intereses más importantes, defenderse sin ansiedad inapropiada, expresar cómodamente sentimientos honestos o ejercer los derechos personales sin negar los derechos de los demás.