Estrés y fatiga
El estrés es una reacción fisiológica del organismo en el que entran en juego diversos mecanismos de defensa para afrontar una situación que se percibe como amenazante o de demanda incrementada.
El estrés es una respuesta natural y necesaria para la supervivencia, a pesar de que hoy en día se confunde con una patología. Esta confusión se debe a que este mecanismo de defensa puede acabar, bajo determinadas circunstancias y en ciertos modos de vida, desencadenando problemas graves de salud.
Las consecuencias del estrés pueden ser tanto fisiológicas como psicológicas y de conductas. Estas generan daños en el cuerpo que afectan a la calidad de vida de las personas. A continuación se enuncian algunos de los problemas ocasionados por el estrés:
⁃ Obesidad y sobrepeso
⁃ Pérdida de cabello
⁃ Depresión
⁃ Reducción del deseo sexual
⁃ Menstruación irregular
⁃ Acné
⁃ Cuadros alérgicos
⁃ Úlceras
⁃ Insomnio
⁃ Disminución de fertilidad
⁃ Enfermedades cardíacas
• Estados de adaptación del estrés
Selye describió el síndrome general de adaptación como un proceso en tres etapas:
⁃ Alarma de reacción: cuando el cuerpo detecta el estimulo externo.
⁃ Adaptación: cuando el cuerpo toma contramedidas defensivas hacia el agresor.
⁃ Agotamiento: cuando comienzan a agotarse las defensas del cuerpo.
• La fatiga puede llevar a un estado de pérdida de concentración, aumento los errores, así como una disminución de nuestra capacidad física y mental. Algunos de los motivos que pueden desencadenar la fatiga son:
⁃ Estado físico
⁃ Actividad mental excesiva
⁃ Alteraciones del sueño
⁃ Entorno y condiciones climáticas
⁃ Problemas psicológicos
Los signos de la fatiga se pueden manifestar de maneras muy variables, aunque los síntomas más comunes suelen ser:
⁃ Dolor de cabeza
⁃ Malestar general
⁃ Cansancio
⁃ Irritabilidad
⁃ Alteraciones del sueño
⁃ Problemas digestivos
La forma más adecuada de combatir la fatiga es dormir el número de horas suficientes, mantener un estado físico general bueno.