Disfrutar del sol
Sin riesgos para tu piel. El sol es el gran aliado de los ciclos de la naturaleza y también de nuestros estados emocionales: un día de sol nos llena de energía, nos recarga las pilas, nos pone de buen humor y con ganas de compartir.
Y, físicamente, nos trae beneficios tan visibles como la vitamina D, la mejora de los eccemas y la psoriasis o el aumento de la absorción de calcio, entre otras muchas cosas. Cada año, nos encontramos con el mismo momento clave. Al enfrentarnos al lineal del supermercado para comprar un foto protector, nos preguntamos cuál es la diferencia entre bruma, aceite, spray y leche, cada cuánto hay que aplicarse el solar o cómo proteger a los pequeños.
Hoy quiero aportar un poco de claridad, para que tu neceser de verano cuente con todos los productos que te ayuden a tener tu piel-y la de los tuyos-protegida y saludable de principio a final del día y durante toda la temporada.
El primer consejo que debes seguir: el sentido común. La intensidad de la radiación solar es mayor entre las 12 y las 16h, horas en las que deberías buscar todas las sombras posibles y, sobre todo, estar bien hidratado y beber mucha agua. Además de proteger la piel, no olvides un buen sombrero y utilizar gafas de sol con protección UV (polarizadas). El ritual del sol: salir a punto ya de casa. Durante los meses de calor, conviene prestar atención a las zonas del cuerpo que reciben más exposición del sol, como es la cara, orejas, cuello, hombros y cuero cabelludo, aplicando un protector solar acorde con la sensibilidad de tu piel. Si además, lo incorporas en tu ritual de belleza, es recomendable aplicarse la crema facial 50+ antes del maquillaje.
Un consejo útil y práctico para todo el año, que te permitirá disfrutar de un moreno saludable durante más tiempo. Utiliza cremas hipoalergénicas que se absorben con facilidad y te protejan sin dejar en tu piel esa sensación grasa que queremos evitar.
Además es altamente recomendable adquirir un producto de formulación con filtros de amplio espectro, enriquecida a ser posible con aloe vera y manzanilla, dos aditivos con propiedades regeneradoras y calmantes que encontramos en nuestra naturaleza más cercana.
Si tu destino es la playa o la piscina, conviene que extiendas una capa de fotoprotector, cuyo SPF dependerá del fototipo de tu piel, media hora antes de salir.
¿Como saber el foto tipo de tu piel?
Muy sencillo: aplicando una escala del 1 al 6 ente la sensibilidad de tu piel y el sol. Si tu piel es muy blanca y, al estar en contacto con el sol, se quema rápidamente, es un 1. Si apenas se quema, entonces te situarás en un 6. Lo que más notarás: la fragancia y el efecto del aloe vera y su vitaminas A y E.
Su poder invisible: la protección de tu piel ante las radiaciones UVB, UVA e IR (rayas infrarrojos). Niños siempre bien protegidos del sol.
Niños, arena, piscina y tiempo para atraparles. En verano se necesita una solución práctica y eficaz para proteger a los más pequeños. Uno de los recursos que más agradecen los padres es que sea fácil de extender, sea duradero y no sea pringoso. Otro requisito recomendable es que sea hipoalergénico, apto para pieles sensibles. Muy recomendable que contengan ingredientes como el aloe vera y la manzanilla.